Mindfulness ¿Por qué practicarlo?
Con origen en las tradiciones budistas de meditación practicadas en Asia[1], el término inglés “mindfulness”, traducido al castellano como “meditación de atención plena” o “meditación de conciencia plena”, hace referencia a una práctica fundamentada en dirigir la atención de manera consciente al presente con una actitud de aceptación evitando establecer juicios de valor.
Actualmente, en nuestra sociedad estamos acostumbrados a vivir rápido, a crear automatismos que nos faciliten nuestro día a día. A menudo recibimos un exceso de información que no alcanzamos a procesar. Este ritmo de vida puede acentuar estados de ánimo ansiosos y aumentan las situaciones de estrés. Si, además has sido diagnosticado con una enfermedad como Fibrosis Pulmonar Idiopática (FPI) probablemente la incertidumbre, las dudas no resueltas y el pensamiento en el futuro hayan hecho que este tipo de estados sean más recurrentes.
Aquí y ahora
Con frecuencia solemos invertir gran parte del día pensando en el futuro y olvidando centrarnos y disfrutar de lo que es tangible, del presente, del aquí y del ahora. Y este es el principal objetivo que se trabaja en las sesiones de mindfulness. Es el momento en el que decides parar y dedicar tu atención plena a escuchar a tu cuerpo y a las sensaciones que éste te está intentando transmitir y darte la oportunidad de reconectar con todo tu ser.
¿Por qué practicar Mindfulness?
Muchos son los beneficios, tanto a nivel emocional como a nivel mental, que una práctica habitual de mindfulness puede reportar.[2] [3]
A nivel mental
- Mejora la atención y la concentración
- Reduce rumiaciones
- Aumentan la autoconciencia
- Mejora la memoria, resolución de problemas y claridad en la toma de decisiones
A nivel emocional
Regula estados de ánimo
- Mejora situaciones de ansiedad, angustia y estrés
- Aceptación de la realidad
- Reduce actitudes impulsivas [1] [3]
Valor terapéutico del mindfulness
La aplicación del mindfulness con finalidades terapéuticas fue desarrollada por el Dr Jon Kabat-Zin, doctorado en biología molecular por Massachusetts Institute of Technology (MIT) y uno de los pioneros en investigar los efectos del mindfulness sobre el estrés, la ansiedad y otros trastornos de salud.
Uno de los pilares del mindfulness es la respiración controlada y pausada pero no es la única. Por ejemplo, si tienes dificultades respiratorias, te resultará más fácil una terapia que se centre en los latidos del corazón o en algún elemento externo, como visualizar el mar o una puesta de sol que te ayude a fluir.
El Mindfulness puede contribuir a mejorar la calidad de vida[4] pero siempre debe ir acompañado de un seguimiento clínico.
¿Cómo empezar a practicarlo?
Para profundizar y aumentar tus conocimientos en esta área, puedes consultar estas dos direcciones donde podrás encontrar a dos expertos. Por un lado, Fernando Tobías Moreno (Conferenciante y Formador. Director Centro Mindfulness de Auren BLC. Profesor de Habilidades Personales en ICAI-ICADE) y por el otro, Basili Llorca (profesor de Filosofía y meditación budista).
Referencias:
[1] Brito, G. (2011). Programa de reducción del estrés basado en la atención plena (mindfulness): sistematización de una experiencia de su aplicación en un hospital público semi-rural del sur de chile. Psicoperspectivas, 10 (1), 221-242.
[2] Rudilla, D. Valenzuela, C. Beceiro, M.J. , Alonso, T. & Ancochea, J. (2018). Fibrosis pulmonar idiopática y emociones. Una revisión sobre los aspectos psicológicos de la enfermedad. Rev Patol Respir. 2018; 21(2): 54-60.
[3] Hervás, G., Cebolla, A., & Soler, J. (2016). Intervenciones psicológicas basadas en mindfulness y sus beneficios: estado actual de la cuestión. Clínica y salud, 27(3), 115-124.
[4] Ludwig David S, Kabat-Zinn, Jon Mindfulness in Medicine JAMA. 2008;300(11):1350-1352 (doi:10.1001/jama.300.11.1350) http://oand.org/wp-content/uploads/File/Continuing%20Education/2011%20Courses/Paul%20Epstein%20Mind-Body%20Materials/MindfulnessinMedicine.pdf
