La importancia del autocuidado como parte del tratamiento
En los últimos años gracias en parte al fácil acceso a las nuevas tecnologías, ha surgido la figura del paciente activo: más informado, responsable de su enfermedad y tratamiento y más preparado a involucrarse activamente en su autocuidado y adoptar nuevos hábitos para mejorar su calidad de vida
¿De qué hablamos cuando hablamos de autocuidado? ¿Qué tiene que ver con la adherencia y la educación terapéutica?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el autocuidado como «la capacidad de las personas, las familias y las comunidades para promover la salud, prevenir enfermedades, mantener la salud y hacer frente a las enfermedades y discapacidades con o sin el apoyo de un proveedor de atención médica».[1] Y sigue, el autocuidado “reconoce a las personas como agentes activos en la gestión de su propia atención de la salud, en ámbitos como la promoción de la salud, la prevención y el control de enfermedades, la automedicación, etc”.[1]
La convivencia con una enfermedad crónica no es fácil, especialmente cuando implica llevar a cabo un tratamiento bastante complejo. En estos casos, uno de los retos más importantes y elementos claves en el tratamiento es conseguir una óptima adherencia a la terapia. La adherencia está influida por múltiples factores: el sistema sanitario, la enfermedad, tratamiento y también, el paciente.
En este sentido, la adherencia está definida por la OMS como “el grado en que el comportamiento de una persona —tomar el medicamento, seguir un régimen alimentario y ejecutar cambios en el modo de vida— se corresponde con las recomendaciones acordadas con un prestador de asistencia sanitaria”.[2]
Un tercer aspecto que está relacionado con el autocuidado y la adherencia es la educación terapéutica[3]. La educación terapéutica es muy importante para ayudar al paciente a “adquirir los recursos necesarios para gestionar óptimamente su vida, estar informado y participar en la toma de decisiones sobre su salud y su enfermedad compartidas con el profesional sanitario que le atiende[4]
¿En qué consiste el autocuidado?
Como define la OMS, el autocuidado se basa en las siguientes medidas[5]:
- Proporcionar un enfoque centrado en el ser humano.
- Centrarse en la salud y bienestar de las personas teniendo en cuenta sus circunstancias, necesidades y entorno en el que vive.
- Prevenir y tratar las enfermedades uno mismo en un entorno propicio y seguro en complemento al sistema de atención de salud.
- Fomentar el acceso a la salud, información y toma de decisiones de las personas
- Promover la participación activa de las personas con su propia salud y tratamiento mediante leyes y política de apoyo, financiación sanitaria y programas de educación terapéutica.
En este sentido, el documento “Estrategias de autocuidado”[6] publicado en Archivos de Bronconeumología, señala que un programa de educación terapéutica que fomente el autocuidado, debería incluir los siguientes elementos:
- Conocer la enfermedad
- Asegurar la administración del tratamiento de forma correcta
- Saber identificar las exacerbaciones y saber cómo actuar
- Adoptar y mantener un estilo de vida adecuado
- Atender las visitas programadas
- Tener una actitud proactiva
¿Cómo podemos mejorar el autocuidado en la FPI?
En el caso concreto de la FPI, para mejorar el manejo de la enfermedad y mantener el estado de salud y bienestar, es importante[7]:
- Realizar correctamente el tratamiento farmacológico. No solo es importante tomarse la medicación, sino saber para qué sirve y cómo administrársela.
- Mantener una dieta en pequeñas cantidades y fraccionadas, evitando los alimentos de difícil digestión para disminuir el riesgo de reflujo especialmente en la cena
- Mantener un buen descanso que mejore las defensas del paciente
- Realizar ejercicios respiratorios que ayuden a controlar la respiración
- Evitar fumar y beber alcohol
- Contar con apoyo para realizar las actividades de la vida diaria que pueden producir cansancio y fatiga
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Referencias:
[1] https://www.who.int/es/health-topics/self-care#tab=tab_1
[2] World Health Organization. Adherence to long-term therapies. Evidence for action. Geneva: World Health Organization; 2003.
[3] https://www.archbronconeumol.org/es-estrategias-autocuidado-articulo-S0300289617303666
[4] World Health Organization. Therapeutic Patient Education. Continuing Education Programmes for Health Care Providers in the Field of Prevention of Chronic Diseases. Copenhagen: Regional Office for Europe; 1998. Disponible en: http://www.euro.who.int/__data/assets/pdf_file/0007/145294/E63674.pdf.
[5] https://www.who.int/es/health-topics/self-care#tab=tab_2
[6] https://www.archbronconeumol.org/es-estrategias-autocuidado-articulo-S0300289617303666
[7] https://cybertesis.unmsm.edu.pe/bitstream/handle/20.500.12672/8136/Morales_ag%20-%20Resumen.pdf?sequence=1&isAllowed=y