¿Existe relación entre la calidad del sueño y el asma en adultos?
Un nuevo estudio vincula la calidad del sueño y el riesgo de asma estableciendo que los patrones de sueño deficientes podrían aumentar la susceptibilidad genética y las posibilidades de desarrollar asma.
Un buen descanso y un sueño reparador siempre se han asociado a una mejor calidad de vida. Además de pasarnos casi un tercio de nuestra vida durmiendo, descansar bien por las noches es fundamental para nuestro organismo. Mientras dormimos, no sólo la mente y el cuerpo descansan y regeneran, sino que, además los órganos y los procesos internos, sobre todo celulares, trabajan intensamente.
En el caso de las personas que tienen afecciones respiratorias como EPOC o asma, pueden experimentar ciertas dificultades durante el sueño, e incluso ver agravados los síntomas de su enfermedad después de dormir. De estas dificultades se hace eco un estudio reciente que investiga relación entre la calidad del sueño y el aumento del riesgo de padecer asma.
Nuevo estudio sobre calidad del sueño y asma
El asma es una enfermedad crónica que causa hinchazón y estrechamiento en las vías respiratorias, dificultando la respiración, y provocando falta de aliento, opresión en el pecho, tos, o sibilancias. Desde hace varios años se sabe que el asma puede empeorar por la noche, dificultando el sueño de aquellas personas que lo padecen. Pero un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Open Respiratory Research ha aportado información interesante sobre la relación que puede haber entre la calidad del sueño y el riesgo de desarrollar asma. En concreto, el estudio sugiere que los patrones de sueño deficientes podrían aumentar la susceptibilidad genética y con ello la posibilidad de desarrollar asma.
Llevado a cabo por un equipo de la Universidad de Shandong (China), el estudio ha utilizado para su investigación la base de datos del Biobank de Reino Unido, un repositorio con un gran volumen de información científica de su población. En total, ha manejado datos de más de 450.000 personas de 38 a 73 años para este estudio observacional que ha tenido una duración de una década.
Los investigadores preguntaron a los participantes sobre sus patrones de sueño, sobre si dormían bien, si eran sonámbulos, madrugadores, si tenían insomnio, y otras características que pueden influir en un buen descanso. Para ello, definieron un patrón de sueño saludable aquel entre 7 y 9 horas de sueño nocturno, sin insomnio, sin ronquidos habituales, y sin somnolencia diurna.
Además de los patrones de sueño, se mapeó la composición genética de los participantes para elaborar una puntuación de riesgo para desarrollar asma. Esto estableció como resultado que un tercio de los participantes tenía riesgo alto de padecer esta enfermedad respiratoria.
En resumen, el estudio categorizó a los participantes según su calidad del sueño, de acuerdo con la propia información que ellos aportaron, y según su predisposición genética a desarrollar asma. Con esta base, observaron durante años la evolución de los participantes para extraer conclusiones muy interesantes.
Dormir bien podría ayudar a prevenir el asma en adultos
Esta sería, a grandes rasgos, la conclusión del estudio tras una década de investigación. Durante los años de seguimiento, se diagnosticaron más de 17.800 casos de asma. Como prosigue el estudio, las personas con un sueño deficiente y un alto riesgo genético tuvieron un 122% de aumento en el riesgo de padecer asma en comparación con aquellas con un sueño saludable y un bajo riesgo genético.
Además, sugiere el estudio, un patrón de sueño saludable podría compensar el alto riesgo genético y disminuir significativamente el riesgo de asma sea cual sea el subgrupo genético.
A raíz de los resultados del estudio, los investigadores pusieron de manifiesto el posible vínculo entre la mala calidad del sueño y el aumento de probabilidades de desarrollar asma, independientemente del riesgo genético. Sin embargo, al ser un estudio observacional, no se puede establecer la causa de forma definitiva.
Todavía es pronto para afirmar con rotundidad que el tratamiento de aspectos relacionados con trastornos del sueño o con un sueño deficiente podría reducir el riesgo de padecer asma. Sin embargo, como señalan los investigadores, este estudio es un primer paso que abre la puerta a futuras investigaciones que puedan aportar más información sobre el tema.
Los avances que se realizan en la investigación sobre el asma y otras patologías respiratorias.
Fuentes
Xiang B, Hu M, Yu H, et al. Highlighting the importance of healthy sleep patterns in the risk of adult asthma under the combined effects of genetic susceptibility: a large-scale prospective cohort study of 455 405 participants. BMJ Open Respiratory Research 2023;10:e001535. doi: 10.1136/bmjresp-2022-001535. Link