Apnea del sueño y salud mental
La apnea del sueño puede tener consecuencias en tu salud física pero también mental. Estrés, deterioro cognitivo o cansancio. Descubre cómo este trastorno del sueño puede impactar en tu estado de ánimo y bienestar.
Los pacientes con apnea obstructiva del sueño (AOS) presentan episodios de apneas, durante los cuales se interrumpe de la respiración y el organismo debe sobre esforzarse para compensar la hipoxia (falta de oxígeno en el cuerpo). Si padeces este trastorno, es probable que durante el día sientas más cansancio, padezcas somnolencia o simplemente te cueste pensar con claridad.
Las patologías del sueño, como la apnea del sueño, pueden impactar negativamente en tu salud mental [1] [2]. Un mal descanso por las noches aumenta las posibilidades de padecer un trastorno del estado de ánimo, como la ansiedad [2] [3] o la depresión [2] [3].
Una mala calidad y cantidad del sueño predispone al desarrollo de patologías mentales o un empeoramiento de las exacerbaciones de la enfermedad de base [4]. A la inversa también tiene un impacto significativo en la salud [4]. Una psicopatología de base puede dificultar el control y el tratamiento de la apnea del sueño [4].
Mayor estrés
Aunque no están directamente relacionadas, no conciliar el sueño por la noche puede generarte episodios de estrés o sensación de malestar, debido a la dificultad de mantenerte dormido [1]. La obstrucción de la vía respiratoria durante la apnea produce una sensación de ahogo que podría confundirse como un síntoma de ansiedad [3].
Practicar ejercicios de relajación, como el yoga, o introducir en tu día a día técnicas de meditación, como el mindfulness, puede ayudarte a sentirte mejor en estos momentos de estrés. Recuerda que, si crees padecer una patología mental, debes acompañar estas técnicas de un seguimiento clínico.
Deterioro cognitivo
La apnea del sueño no tratada puede deteriorar la función cognitiva [3]. Debido al cansancio acumulado por la falta de descanso, puedes tener también somnolencia diurna [3]. Es decir, la falta de descanso provoca que te cueste concentrarte, prestar atención, trabajar o ser productivo [3].
Ver limitadas tus capacidades podría tener un impacto negativo en tu autoestima y, en consecuencia, en tu calidad de vida [3], al no verte con capacidad para realizar actividades cotidianas o que requieran un poco de concentración.
Bajo estado de ánimo
Relacionado con el deterioro funcional/cognitivo, puede que tengas cambios de humor, malestar general o irritabilidad provocados por la falta de descanso [3] [5].
La hipoxia provoca que nuestro organismo “se estrese” y, como respuesta a esta falta de oxigenación, puede liberar hormonas como el cortisol [5], que, entre otros efectos, produce una sensación estresante de amenaza o falta de control [5].
Si estos síntomas prevalecen en el tiempo, pueden favorecer el desarrollo de trastornos del humor afectivos, como la depresión.
Impacto social
El cansancio, la fatiga o la falta de motivación provocadas por no conciliar el sueño pueden impactar en tu vida social [6]. Al sentir cansancio, es posible que te notes con menos energía para realizar actividades lúdicas. Esto podría impactar negativamente en tus vínculos sociales y familiares [6], y generar sensación de soledad.
Asimismo, la apnea del sueño podría repercutir en tu vida en pareja [6] debido por los molestos ronquidos. Estos despertares pueden preocupar a tus seres queridos y afectar vuestra relación, al generar dificultades para dormir juntos, por ejemplo [6].
Tratamiento
El tratamiento más habitual para la apnea del sueño suele ser un programa multidisciplinar que combine la CPAP, la presión positiva continua en las vías respiratorias, con una alimentación saludable y la realización de ejercicio físico.
Si te han prescrito una CPAP, es muy importante que seas constante en el tratamiento, ya que tiene múltiples beneficios. Entre ellos:
- Menor somnolencia y mejor descanso [7]
- Regula los niveles de oxígeno en sangre [7]
- Reduce el sobre esfuerzo de los pulmones [8]
- Mejor control de la presión arterial [8]
- Menor riesgo de desarrollar otras enfermedades [8]
En este otro artículo te resolvemos algunas posibles dudas que puedas tener respecto al tratamiento de la apnea del sueño con CPAP.
Finalmente, si tienes apnea del sueño, o crees que podrías tenerla, y experimentas problemas de salud mental relacionados con el sueño, es muy importante que contactes con un profesional para que te ayude, tanto para cuidar tu salud física como mental.
Más información
Combate la ansiedad y cuida tu salud mental en 8 pasos. Enlace.
¿Por qué es importante tener un buen descanso? Enlace.
Apnea de sueño y enfermedades cardíacas. Enlace.
Fuentes
[1] Wong JL, Martinez F, Aguila AP, Pal A et al. Stress in obstructive sleep apnea. Sci Rep. (2021), 11: 12631. DOI: 10.1038/s41598-021-91996-5. Enlace.
[2] Kaufmann CN, Susukida R, Depp CA. Sleep apnea, psychopathology, and mental health care. Sleep Health (2017), 3(4): 244 – 249. DOI: 10.1016/j.sleh.2017.04.003. Enlace.
[3] Rezaeitalab F, Moharrari F, Saberi S, Asadpour H, Rezaeetalab F. The correlation of anxiety and depression with obstructive sleep apnea syndrome. J Res Med Sci (2014), 19(3): 205 – 210. Enlace.
[4] Szaulińska K, Pływaczewski R, Sikorska O, Holka-Pokorska J et al. Obstructive sleep apnea in severe mental disorders. Psychiatr Pol. (2015), 49(5): 883 – 885. DOI: 10.12740/PP/32566. Enlace.
[5] Jun JC, Polotsky VY. Stressful sleep. European Respiratory Journal (2016), 47: 366 – 368. DOI: 10.1183/13993003.01920-2015. Enlace.
[6] Luyster FS. Impact of Obstructive Sleep Apnea and Its Treatments on Partners: A Literature Review. Journal of Clinical Sleep Medicine (2017), 13(3): 467 – 477. DOI: 10.5664/jcsm.6504. Enlace.
[7] Weingarten J, Chowdhuri S. ATS Patient Education Series: Obstructive Sleep Apnea and Heart Disease; Am J Respir Crit Care Med (2013), 188: 1 – 2. Enlace.
[8] Mediano O; González Mangado N; Montserrat JM; Alonso Álvarez ML; Almendros I; Alonso Fernández A et al. Documento internacional de consenso sobre apnea obstructiva del sueño; Arch Bronconeumol (2022), 58(1): 52 – 68. DOI: 10.1016/j.arbres.2021.03.017. Enlace.