Cómo hidratarse bien en verano cuando vives con FPI
Llega el verano, llega el calor y las ganas de salir y moverse. Ahora bien, para las personas que padecen enfermedades respiratorias [1] , el calor del verano puede ser un problema si no se le da a la hidratación la atención y el cuidado que merece.
La Fibrosis Pulmonar Idiopática (FPI), está definida como una enfermedad minoritaria que dificulta la respiración a las personas que la padecen, a causa de una pérdida progresiva de la capacidad de los pulmones.[2] Los fármacos que llevan a cabo el tratamiento de la FPI pueden provocar algunos efectos secundarios no deseados, como pueden ser la diarrea o la falta de apetito y, por consiguiente, la pérdida de peso.
Cómo combatir la diarrea y la pérdida de apetito
La diarrea consiste en un aumento notable de las deposiciones, con respecto a la frecuencia habitual de defecación. A este aumento se le añade la característica de las deposiciones de consistencia líquida, factor que facilita la pérdida de agua y minerales y por consiguiente a la deshidratación. [3]
Para combatir los efectos de la diarrea, es importante:
- Consumir entre 2 y 3 litros de líquido al día, lo que equivale a 8 o 12 vasos diarios.
- Aparte del agua, la bebida ideal, debe aportar tanto agua como sales minerales para alcanzar una recuperación de electrolitos rápida. [4] En la farmacia, podemos encontrar sueros orales preparados que permiten una rápida recuperación de minerales. Por otra parte también se puede recurrir a varios tipos de bebidas isotónicas (pero no los refrescos con alto contenido de azúcar) o a bebidas caseras, como el agua de arroz o una limonada alcalina.
- Beber líquido a sorbos pequeños.
- Beber preferiblemente entre comidas.
- Evitar que los líquidos estén a temperaturas extremas; ni muy frías ni muy calientes.
- Evitar los alimentos ricos en grasas y ricos en fibra, ya que favorecen al aumento del número de deposiciones, y apostar por una dieta astringente. El objetivo de este tipo de dieta es aportar al organismo todos los nutrientes necesarios estimulando lo menos posible el aparato digestivo. Así pues, estamos hablando de una dieta sin fibra insoluble, baja en grasa, y pobre en lactosa, a excepción de los yogures y quesos frescos con un contenido muy reducido de lactosa.
- Por último, otra de las recomendaciones más típicas pero no menos importantes, es la de evitar el consumo de alcohol, ya que el alcohol es uno de los factores más negativos para el correcto funcionamiento del hígado.[5] Además, recuerda que el café, el té, el chocolate y otros alimentos estimulantes, tienen todos un efecto laxante.
Por otro lado, para combatir la pérdida del apetito, la solución más eficaz sería el hecho de fraccionar la dieta y aumentar el número de comidas al día, así como priorizar los alimentos energéticos y nutritivos, con olores suaves, a temperatura normal e ir hidratándose durante el día siguiendo los pasos expuestos arriba.
Dicho esto, es importante recordar que no todos los pacientes con FPI padecen efectos secundarios o enfermedades que afectan al tránsito intestinal por lo que solo será necesario adaptar la alimentación, en aquellos que los padezcan. Aun así, en todos casos el control de la hidratación y mantener una dieta saludable es imprescindible para mantener una buena calidad de vida.
Recuerda: Este contenido no sustituye el diagnóstico realizado por un profesional sanitario. Ante cualquier duda sobre el mismo, dirígete a tu profesional sanitario. Se trata de una publicación de carácter orientativo y divulgativo, por lo que no debes someterte a tratamientos ni seguir consejos sin dirigirte antes a un profesional sanitario.
Fuentes:
Referencias:
[1] Bernstein Aaron S. et Rice, Mary B Lungs in a Warming World: Climate Change and Respiratory Health. Chest Volume 143, Issue 5, May 2013, Pages 1455-1459
[2] Raghu G, et al. An official ATS/ERS/JRS/ALAT statement: idiopathic pulmonary fibrosis: evidence-based guidelines for diagnosis and management. Am J Respir Crit Care Med 2011;183:788–824.
[3] Información extraída de https://www.barnaclinic.com/blog/nutricion/alimentacion-ante-una-fibrosis-pulmonar-idiopatica/
[4] Sánchez Gaitán, Ricardo “Enfermedad Diarreica Aguda” en Revista Médica Sinergia vol 1 · num 2 (2016): 10-14
[5] Pérez Carreras, Mercedes y Castellano, Gregorio “Hígado y alcohol” en Gastroenterología y Hepatología (2012):799 – 814
