Cómo un cambio de hábitos te puede ayudar en el tratamiento de la EPOC

Cómo un cambio de hábitos te puede ayudar en el tratamiento de la EPOC

Bienestar | 09/11/2021

El principal factor de riesgo de la EPOC es el tabaquismo. Por este motivo, dejar de fumar es básico para evitar complicaciones y tener control de la enfermedad. Sin embargo, hay otros cambios de hábitos como la alimentación saludable, la actividad física o una óptima salud mental que pueden ayudar a mejorar el tratamiento de la EPOC.

La EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica) es una patología pulmonar inflamatoria y crónica que se caracteriza por la obstrucción de los flujos respiratorios, dificultando que llegue, de forma correcta, el aire a los pulmones.

Esto causa a la persona que la padece falta de aire (y por extensión de energía), tos, producción de moco, entre otros síntomas, dificultando y empeorando su calidad de vida al ser más difícil realizar ciertas actividades que antes de la aparición de la enfermedad.

A pesar de que es una patología crónica que tiende a empeorar con el tiempo, existen tratamientos que se han demostrado efectivos, pero también hay ciertos hábitos que podemos mejorar para para minimizar el impacto sobre la vida del paciente.

Factores de riesgo de la EPOC

La Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica puede darse por varios motivos y, muchos de ellos, escapan al control del paciente o el profesional sanitario:

  • Edad: la EPOC se da principalmente en personas mayores de 40 años y la prevalencia en el rango de 55 a 75 años supera al 25%.
  • Sexo: los hombres son casi tres veces más propensos que las mujeres a padecer EPOC, aunque también está relacionado con los distintos hábitos en que difieren ambos géneros.
  • Exposición ocupacional y ambiental: contaminación en nuestra residencia habitual o inhalación de humos y tóxicos en el lugar de trabajo.
  • Condiciones previas: genética, infecciones pulmonares, tuberculosis…

Pero la principal causa de EPOC en Europa y el principal factor de riesgo para su desarrollo corresponde a un mal hábito: el tabaquismo. El 90% de personas con EPOC han fumado o son fumadores y alrededor del 20-25% de fumadores podrán desarrollar la enfermedad en un futuro.

Cómo mejorar nuestros hábitos

Seguir el tratamiento que nos ha prescrito nuestro médico y adoptar unos hábitos saludables puede ayudarnos a evitar complicaciones, mejorar nuestra salud y calidad de vida.

Estas son algunas recomendaciones que podemos seguir para mejorar nuestros hábitos y ayudar a la mejora en el tratamiento de la EPOC:

Dejar de fumar

Por si no era evidente con los datos que hemos comentado al hablar de los factores de riesgo, el tabaco es tremendamente perjudicial para cualquier persona independientemente de su condición, pero es especialmente dañino para aquellas que padecen patologías pulmonares.

Los beneficios de dejar de fumar se empiezan a notar a los pocos días y, a medida que pase el tiempo, irán aumentando los beneficios del cese de este mal hábito. Si eres fumador desde hace mucho tiempo, es importante recordar que existen programas y tratamientos que nos pueden ayudar para eliminar el tabaco de nuestra vida.

Mantente activo

La EPOC dificulta la realización de algunas actividades que antes podían parecer más sencillas. Esto no significa que tengamos que dejar de hacerlas. Es importante continuar practicando ejercicio y adaptar nuestras actividades a nuestra capacidad para que la operatividad de nuestros pulmones no empeore y se agrave más la EPOC.

La disnea o sensación de falta de aire que podemos sentir mientras realizamos ciertas actividades desaparece cuando hemos acabado de hacerlas. Por supuesto, si la sensación de falta de aliento no desapareciera o fuera demasiado intensa, debemos consultar con nuestro médico y buscar alguna alternativa para poder seguir activos.

Fuente: European Lung Foundation

Puedes consultar algunos ejercicios aquí. Otras actividades que podemos realizar son subir escaleras, caminar (la intensidad o el desnivel variará dependiendo de nuestra capacidad), hacer tareas del hogar que impliquen cierto esfuerzo físico (limpiar, jardinería, bricolaje).

Cuanto más ejercicio hagas, menos te costará realizar todo lo demás y podrás ver cómo mejora la calidad de vida.

Cuida tu salud mental

Las patologías crónicas, especialmente aquellas que afectan a nuestro día a día limitándonos o dificultando algunas acciones, pueden poner en riesgo nuestra salud mental y afectar a nuestro estado de ánimo.

Para ser capaces de cambiar hábitos y adaptarnos a nuevas condiciones, es importante que nuestra salud mental sea buena y nos permita afrontar nuevos retos con ánimo y fuerza. La EPOC, como hemos comentado anteriormente, supone ciertos límites que antes no teníamos y eso puede llevar a algunos problemas emocionales, estrés o incluso a la depresión.

Debemos aprender a identificar lo que nos estresa o nos afecta, pedir ayuda cuando sea necesario, mantener la adherencia al tratamiento para evitar empeorar o recurrir a profesionales si lo consideramos necesario. Tener apoyo psicológico puede ayudarte a mantener una buena salud mental y repercutirá positivamente en tu día a día.

Aliméntate bien

La alimentación siempre es importante. Una dieta rica y variada nos ayudará a estar más saludables, no sólo por ingerir alimentos que sean beneficiosos para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, sino para mantenernos alejados del sobrepeso.

En función de nuestra condición tendremos que adaptar más o menos nuestra dieta, pero debe ser un responsable médico quien efectúe las recomendaciones necesarias. Lo que sí que podemos asegurar es que el sobrepeso dificulta la respiración, por lo que uno de los objetivos debería ser mantener un peso adecuado.

Puedes consultar aquí algunas pautas de alimentación o descargarte aquí nuestra guía.

Referencias