Trastornos de salud en los meses fríos y cómo podemos prevenirlos
En los meses fríos, debido al incremento de las infecciones virales, especialmente la gripe, puede empeorar la función pulmonar de las personas que viven con enfermedades respiratorias como Fibrosis Pulmonar. Por este motivo es muy importante conocer las principales afecciones y cómo prevenirlas.
Algunas afecciones son más frecuentes según la época del año. Los meses de otoño e invierno se caracterizan por la bajada de temperaturas, la mayor humedad o la menor presión atmosférica. Estos factores condicionan, por ejemplo, que proliferen los resfriados, las gripes, los contagios o que se produzcan más crisis de asma en otoño. Conocer estas afecciones nos ayuda a prevenirlas mejor.
Resfriados
A partir de otoño los resfriados aumentan debido a la mayor resistencia de los virus en el aire frío y la menor ventilación de los espacios interiores. Además, nuestro organismo sufre una bajada de defensas debido al menor número de horas de sol y la presencia de cambios de temperatura bruscos, ante los que debemos adaptar nuestra vestimenta para los diferentes momentos del día.
Los síntomas más comunes de los resfriados son congestión nasal, tos, mucosidad o malestar general. Normalmente no se produce fiebre y dura menos de una semana.
Para prevenirlos es importante hidratarse, lavarse las manos con frecuencia, ventilar las casas, evitar los cambios bruscos de temperatura, exponerse a la luz del sol y evitar la exposición al frío y a las personas contagiadas.
Gripe
Igual que los resfriados, los principales motivos que causan la gripe son la aparición del frío y la menor ventilación de los interiores.
A diferencia de los resfriados, los síntomas de la gripe se caracterizan por la presencia de fiebre, debilidad y agotamiento.
La prevención es muy importante. Por ello, cada mes de octubre se convoca la campaña de vacunación contra la gripe que va dirigida a personas de riesgo, mayores de 65 años, mujeres embarazadas o personal sanitario.
Aparte de la vacunación, los métodos para prevenir la gripe son los mismos que los resfriados.
Coronavirus
La COVID-19 tiene una mayor tasa de propagación con las temperaturas bajas[1]. Por este motivo, en otoño e invierno suelen incrementar los rebrotes y es necesario extremar las medidas de prevención.
Los síntomas más comunes de la COVID-19 son fiebre, tos y cansancio. Además de falta de aire y pérdida del sentido del olfato o del gusto. A veces, se producen nauseas o vómitos.
Más del 67% de la población mundial ha recibido una dosis de la vacuna contra la COVID-19[2]. Además, aparte de la vacunación, es muy importante tener en cuenta otras medidas de prevención como son usar la mascarilla, mantener la distancia cuando sea posible, ventilar los interiores y lavar las manos frecuentemente.
Alergia
A partir de otoño se produce una mayor presencia de ácaros debido a la menor ventilación y a la mayor humedad que facilitan la concentración de polvo.
Los síntomas más habituales son la tos, los estornudos y la secreción nasal.
Para evitar la alergia a los ácaros, es importante tener mayor cuidado al limpiar la casa, ventilar y evitar la profusión de elementos difíciles de limpiar o que acumulen polvo.
Asma
Debido al incremento de la humedad, los cambios de temperatura y a la suspensión de medicación preventiva contra el asma durante el verano, las personas asmáticas pueden sufrir más crisis, notar más sibilancias (pitidos) y disnea (falta de aire) en otoño.
Para prevenirlo, es importante anticiparse a los meses de frío.
Astenia otoñal
Mucho se habla de la astenia primaveral, pero en otoño también se puede producir debido a la reducción de las horas con luz natural, la bajada de temperaturas, los días con mal tiempo o el regreso a la normalidad después de vacaciones.
La astenia se caracteriza por un mayor cansancio, fatiga y apatía. Para prevenirla, es importante dormir las horas necesarias, practicar una actividad física o mantener la vida social.